Viernes, Marzo 29, 2024
   
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Dos penitentes harán historia al desfilar en silla de ruedas con el tercio del Nazareno

María del Mar Zaplana y Manuel Racionero se convertirán el Jueves Santo en las dos primeras personas con problemas de movilidad que desfilará en la Semana Santa Minera. “El ofrecimiento fue como un regalo”, “estoy ilusionado porque soy de La Unión y tengo fe”, “¿por qué no voy a poder salir yo?”, “el paso lo llevamos con la velocidad”, “a veces los que tenemos discapacidad parecemos invisibles”, “soy discapacitada pero estoy capacitada”… Son algunas de sus frases para La Unión de Hoy con la que expresan esta experiencia.



“Que no haya nadie con fe que no pueda ser procesionista; que venga y se le buscará un hueco”. La frase corresponde José Cortado, presidente de la agrupación del ‘Jesús del madero’, quien explica de esta forma la iniciativa llevada desde hace unos años en el colectivo de incorporar a personas con limitaciones, como ha sido el caso también de sordomudos. “Entre todos debemos derribar barridas y que el efecto llamada se propague”, añade.

El pasado mes de octubre fue cuando Cortado planteó a María del Mar Zaplana Ros la posibilidad de incorporarse a la procesión con el Nazareno. “Ni me lo había planteado hasta entonces, pues pensaba que salir en nuestras condiciones en un desfile podrían vernos como bichos raros, pero resulta que un día viene alguien y te lo plantea… Fue como un regalo”, expresa la unionense, quien tras la sorpresa recibió la posibilidad con ilusión (“¿y por qué no voy a poder salir yo?”), la cual trasladó al colectivo Adislu (Asociación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de La Unión), donde Manuel Racionero Solano se ofreció a ser quien estuviese en la otra hilera, de forma paralela a María, con su silla de ruedas. “Le respondí enseguida, pues tengo fe y soy de La Unión”, indica el unionense.

María partipó en el desfile de disfraces de las Fiestas del Rosario del pasado mes de octubre. La experiencia fue muy buena y después le vino la oportunidad de formar parte de una procesión. “Es algo muy diferente, pues aquí no hay disfraz, tiene que existir un sentimiento”, apunta María, quien proclama que continuará desfilando “mientras mis ojos me lo permitan”, pues también sufre una enfermedad visual que todavía no conoce cura. “Me ha tocado”, dice resignada.

Manuel afirma que su familia “está encantada” con la noticia de que saldrá en la procesión del Cristo de los Mineros, y que él espera la llegada de ese día “un poco nervioso, pero con mucha ilusión”. María también ha encontrado con el apoyo de su esposo, quien se incorpora también al desfile metiendo el hombro bajo el trono para estar cerca de su esposa. “Él, con quien consulté esta decisión, es también mis ojos a diario”. Ambos, como se observa en las imágenes adjuntas de los ensayos, avanzarán a la par sobre la silla de ruedas, donde el paso lo llevan a través de la velocidad. “Desde el primer día hemos tenido muy buena acogida de los compañeros y los ensayos están saliendo bien”, apunta Manuel.

Ambos afirman que no conocen precedentes de que personas con este problema de  psicomotricidad hayan participado en los cortejos pasionarios. Es un paso más hacia la integración de este colectivo, para el que todavía falta mucho. Ellos, que lo viven a diario desde el prisma del afectado, lo saben bien. “Muchas veces, a los que padecemos una discapacidad no nos ven como personas normales… parecemos invisibles. En esa situación te das cuenta de la intolerancia de mucha gente, que no saben que algunos somos mejores que los que nos dan de lado”, indica Manuel. “Hay a quienes no les gusta es colectivo y te ves, muchas veces, excluída. Sin embargo, hay que pensar que todo el mundo tiene alguna limitación, especialmente mental, pues hasta que no te toca no te das cuenta”, resalta María, quien sobre las políticas de accesibilidad de las autoridades concluye que, aunque parezca que se avanza, “no lo es tanto”, mientras que Manuel reclama más inversión en accesibilidad, poniendo como ejemplo que todavía “tenemos que ir por carretera en muchas zonas”. Cierra este capítulo María proclamando: “Soy discapacitada pero estoy muy capacitada”.

Dos penitentes se incorpora en silla de ruedas el Jueves Santo con el tercio del Nazareno. Es un primer paso. “Ojalá sirva para animar a más gente en este tipo de iniciativas”, concluyen.

 

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