Susto y reacción
Nada más acabar el concurso de troveros y cuando se le estaba dando el premio a El Taxista, un asistente comenzó a sufrir convulsiones debido a un ataque epiléptico. Tres agentes de la Policía Local y algunos presentes acudieron en su auxilio. Llegó a morderse en la boca, pero gracias a un bolígrafo (antge la ausencia de una cánula de guedel) que se le colocó, la situación pudo ser controlada.
Después llegó una ambulancia y la persona afectada pasó a ser tratado en el lugar por los sanitarios.