'El Cristo de los Mineros: Una escultura de José Jerique'

"En este año 2013 se produce el centenario de uno de los monumentos más importantes y emblema de nuestra ciudad, 'El Cristo de los mineros', y con motivo del tal acontecimiento, en el presente articulo se repasarán algunos detalles desde su génesis y su posterior evolución.

Corría el año 1913 cuando se produce el encargo por parte de la Brigada de los Bomberos dirigida por D. Andrés Teulón Visso. El encargo se produce al escultor valenciano José Jerique (...)

 

(...) En este sentido especialistas y estudiosos sobre imaginaria afirman que esta magna escultura fue la obra más importante del escultor. El cronista local Juan Sanchez Perelló señala que en el encargo solicitaba un "Cristo muerto en la cruz, donde estuviera marcado su cuerpo y rostro atormentado por la presencia y gesto de su divina personalidad”. Estas indicaciones dieron resultado a un Cristo tras el momento de su agonía, con su cuerpo sangrante y faz amoratada. El sufrimiento que nos transmite tomará su importancia en épocas posteriores cuando se produce el auge de la minería, y con ello un aumento de la mortalidad debido a esta actividad, con esta imagen se identificará todo un pueblo que sufría los efectos más crudos de la minería y donde el esfuerzo, sacrificio, sufrimiento y agonía de los propios mineros eran una seña de identidad. Un año más tarde, en 1914 el diario 'La Lucha' anuncia que por primera vez desfilaría el Cristo, al anochecer del Viernes Santo.

Tras la disolución de dicha brigada de bomberos, la custodia de la imagen se le cede a la Cruz Roja, que más tarde, en 1936 salvaguardará a la imagen de su destrucción durante la Guerra Civil. Años después de la posguerra se inaugura la capilla al consagrado Cristo (1941) con toda la parafernalia militar que caracterizaba a aquellos años de la dictadura. Domingo Martínez fue el responsable del sermón donde citó “A los humildes camilleros de la Cruz Roja que salvaron la imagen trasladándola al domicilio social”. Al finalizar dicha misa se le besaron los pies al Cristo.

Más tarde, a punto estuvo de desfilar sobre las calles de Cartagena, cuando en 1956 se produce un acuerdo con la Cofradía California. Tal acuerdo comprendía que cada año marcharía a su otra procesión en la localidad vecina para volver de nuevo. Debido a algún tipo de desencuentro, este hecho nunca llego a producirse y unos años más tarde en una noche de 1958 tendría lugar la primera procesión del Cristo en La Unión. En este mismo año será cuando cambie su denominación por la actual 'Cristo de los Mineros', en concordancia con la actividad local de la ciudad, este cambio viene precedido por una campaña que impulsó la creación de una nueva imagen para los mineros, pero que al final no llego a buen puerto y se decidió adoptar este cristo como suyo.

Los detalles de la primera procesión del Cristo de los Mineros nos muestran que no pudo ser más emotiva para la ciudad, a ello contribuyó que su salida fuera a las 22.00 de la noche y que su única iluminación fuera las las velas de cera que portaba el trono ya que  por aquella época existía un acuerdo con el ayuntamiento por el cual mientras desfilara el Cristo, el alumbrado público estaría apagado. Los claveles rojos, las largas filas de mineros portando sus carburos y útiles de trabajo, el orfeón de huérfanas y las profundas saetas crearon un clima único e irrepetible en tales desfiles, donde como se ha dicho anteriormente el sufrimiento de Cristo era asociado al sufrimiento diario de los mineros.

El escritor José Luis Castillo Puche compara dicha procesión con las que tienen lugar en las ciudades al borde del Pacífico como Guayaquil, Cali o la misma Cartagena de Indias. Durante estos años cabe destacar la labor de las empresas que dan facilidades a los trabajadores para impulsar  y potenciar el desfile. Conforme irán pasando los años, el desfile del Jueves Santo en el que el Cristo era la talla más importante se le dará más importancia, esto lo testifica hechos como que en 1962, el entonces acalde Esteban Bernal Velasco destinaría 3000 pesetas solo para la cofradía del Cristo.

Otro año importante para la talla será el jueves santo del 16 de abril de 1992, cuando después de 25 años de pausa (desde 1967), sale de nuevo la procesión del Cristo de los mineros. Aquel día estuvo integrada por los pasos Nuestro padre Jesús de Nazareno, Santísima Virgen del Rosario en sus misterios dolorosos y el propio Cristo. Así en los sucesivos años se le irán añadiendo pasos: en 1993 San Juan, en 1994 la Virgen de la Caridad y en 1996 se incorpora el trono convocatoria. Además a la vuelta al templo se produce el encuentro entre Cristo, la Dolorosa y la Caridad con el canto de la última saeta y salve final.

Actualmente ha sido anunciada la restauración de la talla con motivo de su centenario y estará lista para la próxima Semana Santa. Este hecho es algo que debemos celebrar ya que, como hemos repasado muy de puntillas en el presente artículo, esta talla ha sido clave en la historia local, y en su seña de identidad como ciudad que aún hoy se mantiene patente en los unionenses y que debemos preservar".



Para quien quiera saber más. Títulos disponibles en la Biblioteca Municipal:

-RODENAS ROZAS, FJ. Y MOUZO PAGAN ,R. “La semana santa minera, Historia de los desfiles  pasionales en la Unión”.1998. ISBN: 84-921817-9-6.

-SAEZ, ASENSIO. “El templo el Rosario, de La Unión”.1982.

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