Domingo Alajarín deja el cargo de hermano mayor del Cristo de los Mineros con satisfacción, pese a que han quedado algunos proyectos sin cerrar, y con el deseo de que termine de enraizar profundamente "el patrimonio moral y humano, lo que se está consiguiendo", considerando a su sucesor como persona capacitada para consumarlo, mientras que Juan Antonio Pérez asume "un reto ilusionante y difícil", que hace tres meses ni imaginaba, anunciando como novedad la celebración de las Cruces de Mayo para el próximo año.

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Domingo Alajarín se marcha habiendo llevado a cabo un buen número de ambiciosos proyectos, siendo la última y positiva iniciativa aclarar documentalmente el patrimonio de la Cofradía. "Era algo imprescindible de hacer, y se ha dejado asentado en los libros correspondientes y en el traspaso al nuevo hermano mayor".
La siguiente pregunta se centra en saber si deja el cargo con la sensación de que ha quedado alguna asignatura pendiente. "Soy muy emprendedor e impetuoso, por lo que me voy con la falta de haber acabado algunos proyectos, que son míos personales y se pueden retomar o no, o hacerlo en un futuro. Están ahí, son importantes para darle auge a la Semana Santa y Dios dirá, pero me voy muy contento, con una sensación de paz, de tranquilidad y de muchos amigos, enorme, que es el mejor patrimonio que podemos tener los humanos".
La unidad entre los cofrades es fundamental, "el patrimonio moral y humano es el que debemos lograr que tenga profunda raíz; una vez que se consiga, que se está consiguiendo y Juan Antonio es capaz de hacerlo, tendremos la Semana Santa fuerte, minera y auténtica que todos pretendemos".

Juan Antonio Pérez recibe un reto tan ilusionante como complicado, "así es", dice para después referirse a su antecesor, "en estos cuatro años ha tenido muchos más aciertos que errores, haciendo cosas de mucha relevancia que han engrandecido a la Semana Santa y quedarán ahí siempre", continuando con su nueva misión ahora, "tengo un reto difícil, que es cuando las cosas están bien intentar mejorarlas, pero cuento con la ayuda de todos los cofrades y haremos lo que se pueda con mucho trabajo, esfuerzo e ilusión", apuntando que siempre hay que estar en movimiento, "las cosas no pueden quedarse estancadas porque se mueren".
Desvela que hasta hace tres meses no pasaba por su mente que podía ser hermano mayor, "nunca me lo había planteado, pero a raíz de que Domingo Alajarín dijo de descansar, unas personas me lo plantearon y, aunque les costó trabajo, me convencieron".
Entre sus proyectos está por encima de todo "que la Semana Santa siga cada vez más viva a partir de escuchar a los cofrades". Como objetivo más próximo está festejar las Cruces de Mayo, "que me hace ilusión y Domingo Alajarín se quedó al borde conseguirla, creo que es una cosas muy bonita y que le da mucha vida a la convivencia de los cofrades. Casi me atrevo a decir que la tendremos para el próximo año".