“…El 27 de abril de 1995, Eugenio Faraco, delegado del Gobierno en la Región de Murcia, culpa a los empresarios de Portmán Golf de entorpecer la regeneración y no descarta que por la obstrucción de éstos los trabajos previstos podrían demorarse. Les había solicitado relación de espacios (canteras) en donde depositar los estériles. “Que especifiquen lo que quieren hacer”, añadían los propietarios de la empresa.

El 26 de mayo, el Consejo de Gobierno de la CARM aprueba las directrices de Ordenación Territorial de la Sierra Minera y la Bahía de Portmán en un documento muy completo que contemplaba un calendario de actuaciones y un programa socieconómico para el desarrollo de toda la comarca.

500 kilos de arena contaminada fueron arrojados en Madrid en noviembre de 1995

La llegada al Gobierno del PP en la Región en mayo de 1995 supuso la paralización de las directrices y el protocolo. Las Directrices quedan en suspenso y finalmente serían derogadas en 2004 por las Directrices y Plan de Ordenación del Litoral de Murcia, sin que la Administración Regional hubiese realizado ninguna de las actuaciones comprometidas. Los populares defendieron la tesis de que Narbona «nunca tuvo un proyecto».

De nuevo a esperar, esperar hasta 1997. Esta situación hizo incrementar la tensión. El Gobierno local cambia de siglas. Accede al mismo el PP y dos meses más tarde gobierna en coalición con los tres miembros del CDS. A ningún partido político se le olvidaba en el programa electoral contemplar la regeneración de la Bahía, aunque existía cautela en su redacción.

Es en junio de 1995 cuando vecinos de Portmán requieren al nuevo alcalde, Juan Antonio Sánchez Castañol Conesa, entonces Juan Antonio Sánchez Conesa, la inmediata limpieza de la playa para lo cual todos los años se solicitaba a la oficina de empleo trabajadores para mantener limpia la playa y el pueblo durante la época estival, época donde se producía un incremento notable de la población vacacional.

Mucha prisa tenían en el poco tiempo de gobierno local, escasos días, y decidieron hacer una jornada reivindicativa limpiando las playas de La Farola y El Lastre, por cierto fueron gran cantidad de desechos los que se recogieron; esto ocurría en junio. Anteriormente los vecinos ya habían hecho acto de presencia en los plenos en alguna que otra ocasión derramando en el Salón de Plenos de la Casa Consistorial en la calle Salvador Pascual la que se llamó la “arena de la miseria”.

También los políticos de uno y otro color habían presentado sus “mociones”, que aprobadas o desestimadas dependían de la redacción y el destinatario de las mismas. ¡No podía ser, primaba más el color que la solución conjunta!.

Se producían modificaciones en la redacción, para evitar ataques o responsabilidades directas. Las que se aprobaban, ahí quedaban, reflejadas en las actas pero eso….quedaban.

Se vivían momentos tensos en estos años, la década de los 90 fue una década intensa de reivindicaciones y algo estaba por ocurrir “Si Narbona no va a la playa, la playa va a Narbona “, y así ocurrió el 23 de noviembre de 1995. “Las propiedades magnéticas de la arena de Portmán” fueron a parar a la capital de España, concretamente a las puertas del MOPTMA (Ministerio de Obras Públicas Transporte y Medio Ambiente), en Madrid.

Unas 300 personas nos congregamos en La Castellana llegados en autobús y escoltados por la policía nacional nos dirigimos a las puertas del ministerio. Allí se solicitó una y otra vez hablar con Cristina Narbona, no estaba, y tras mucho insistir accedimos unos pocos al edificio y ahí quedó todo en buenas palabras con los representantes que nos recibieron no sin antes derramar la arena que llevábamos en bolsas, estimándose la cantidad vertida de media tonelada aproximadamente, por las inmediaciones exteriores del edificio. Acudimos algunos miembros del equipo de gobierno de entonces, el concejal de IU Juan Fernández y vecinos de La Unión y Portmán, siendo mayoritariamente estos últimos. En el trayecto tuve la ocasión durante largas horas de cambiar impresiones con una persona que fue sindicalista el cual me dijo: “Antonio porque no sé redactar que si no escribiría todo lo que sucedió realmente en la reunión final que llevó al cierre de Peñarroya…”.

Fue un viaje de ida y vuelta que mereció la pena, pero del cual no obtuvimos fruto alguno pero “pudimos ver la estatua ecuestre de Franco que flanqueaba la plaza y que diez años más tarde, de madrugada, sería retirada para siempre”….

• Capítulos anteriores:

25 aniversario del fin de los vertidos en Portmán

25 aniversario del cese de los vertidos en Portmán: Entrega 1 - Parte II

25 aniversario del cese de los vertidos en Portmán: Entrega 2 - Parte II

25 aniversario del cese de los vertidos en Portmán: Entrega 3 - Parte II

25 aniversario del cese de los vertidos en Portmán: Entrega 4 - Parte II

25 aniversario del cese de los vertidos en Portmán: Entrega 5 - Parte II

• Antonio Gómez Pérez es profesor de Educación Secundaria Obligatoria