"… paralelamente a las reivindicaciones sociales, surgen las reivindicaciones culturales. Este que escribe decide entonces embarcarse en un proyecto que le acarrearía “apretarse la correa del pantalón” para llevar a cabo una exposición fotográfica, que bajo el título ‘Portmán de lo vivo lejano’, trataba de reivindicar, mediante la imagen fotográfica, una protesta solidaria con el pueblo de Portmán por el abandono y retraso de los trámites administrativos para el relanzamiento económico y recuperación del espacio natural de la Bahía.

“La identidad de un pueblo se siente fortalecida por la recuperación de aquellos elementos paisajísticos que un día definieron la actividad humana y económica y que hoy deben de servir de antesala para su prosperidad”.

Así rezaba el mensaje que quise transmitir. Corría el año 1994, mes de julio, coincidiendo con las fiestas de Santiago Apóstol. Una ruina económica, que mereció la pena, pues fueron muchos los que se acercaron a visitarla y además conocieron por primera vez los mosaicos romanos que albergaba el Antiguo Hospital de Caridad, lugar donde tuvo lugar la exposición, edificio restaurado, declarado BIC, pero infrautilizado. Cuarenta y tres cuadros/fotografías que marcaron un antes y un después del cierre de la actividad minera.

No tuve apoyo del gobierno local que entonces había en el municipio de La Unión, parece ser que no interesaba tocar el tema, muy candente por cierto en ese momento. El alcalde tuvo en mano la invitación así como le solicité ayuda, respondiéndome que no era posible. Me consta que el día de la inauguración, por la mañana, se acercó al lugar de la exposición con el entonces director general de Cultura, Juan Miguel Margalef, mi profesor de Literatura en la carrera de Magisterio; lo único que obtuve fue una persona que se encargara de abrir y cerrar el BIC. Gracias a la exposición se supo más de Portmán y de su pasado.

Hubo mucha gente que se acercó a visitarla desde otras localidades de la región. Allí conocí a mi gran amigo desde entonces Manuel Muñoz Zielinski, el cual me dió su total apoyo. En aquel momento exponía en San Pedro del Pinatar. “Lo importante ahora es tu exposición, muy interesante por cierto”, me dijo. A la inauguración acudieron dos concejales del equipo de gobierno por aquel  entonces, los amigos Juan Balanza y Raimundo (alcalde pedáneo de Roche), a los cuales les mostré mi agradecimiento. No eran tiempos de pasear una imagen por un pueblo que se sentía indignado, acudir lo justo. La inauguración fue regada con ‘Belmonte’, bebida típica portmanera consistente en una mezcla de vino dorado, gaseosa y jarabe de limón servido bien frío, en barral y todo por cuenta del que escribe.

Bonito recuerdo, pero sobre todo una manera diferente de reivindicar lo que ya se hacía interminable y empezaba a tomar un cariz fuerte. A partir de 1994 comienza a “ponerse toda la carne en el asador”, se empiezan a ver intentos de querer solucionar el grave problema que padece la Bahía; es por este motivo que a comienzos del citado año, el Gobierno Regional ordena la elaboración de las directrices de Ordenación Territorial de la Bahía de Portmán y de la Sierra Minera…".

• Capítulos anteriores:

25 aniversario del fin de los vertidos en Portmán

25 aniversario del cese de los vertidos en Portmán: Entrega 1 - Parte II

• Antonio Gómez Pérez es profesor de Educación Secundaria Obligatoria