58 Cante de las Minas: Érase una vez... Vicente Amigo
El guitarrista de Guadalcanal ofreció una de las mejores galas de la quincuagésima edición del Festival del Cante de las Minas.
Arropado por un equipo de nivel, el sevillano disfrutó acariciando con maestría las cuerdas de su guitarra a la vez que su rostro reflejaba la felicidad de quien regresaba al escenario donde en 1988 inició su brillante carrera al conquistar el trofeo 'Bordón Minero', ahora para presentar su último trabajo: 'La memoria de los sentidos'.
El público, en su tercera presencia más importante de las galas de este año, premió su actuación con ovaciones a la altura de la calidad artística que escuchó.
Para unos es el heredero de Paco de Lucía. Para otros, el mejor guitarrista del mundo. Lo que es indiscutible es que tiene en propiedad un sillón en el olimpo del flamenco con más de seiscientos conciertos a sus espaldas. Elegancia cargada de sentimiento acompañan la melodía de sus temas.
Su presencia en la Catedral del Cante respondió a las expectativas con creces. "La mejor gala de este año", expresaba mientras aplaudía un entendido de este arte. No se llenó el aforo, pero estuvo cerca, siendo sólo superada la venta de entradas por las galas de Los Vivancos-María Terremoto y Arcángel-Antonia Contreras, por ese orden.
'La memoria de los sentidos' es su octavo y más reciente trabajo (vio la luz en 2017) y el que protagonizó su actuación en La Unión. Con él ha vuelto a sus raíces más flamencas a través de 'Amoralí', 'Sevilla' 'Réquiem' (homenaje a Paco de Lucía) y otros temas del álbum, que ofreció arropado por un grupo de lujo con el que se percibía, a través del rostro de este sevillano criado en Córdoba, mucha complicidad.
Su actuación fue memorable y el público, puesto en pie, le hizo volver a las tablas tras la despedida. 'Erase una vez...', como decía anoche con su gran voz Pedro 'El Granaíno'. Érase una vez que Vicente Amigo regresó al lugar donde empezó todo.