Pasos de plata en la oscura noche de Portmán
La procesión del Cristo del Silencio esquivó la lluvia en su veinticinco aniversario, en el que volvió a recorrer las calles de Portmán junto a la Dolorosa. GALERÍA DE FOTOS (pinchar aquí)
El Jueves Santo avanza hacia la medianoche. Los pronósticos apuntan que no lloverá en las primeras horas de la madrugada, lo que genera cierta tranquilidad dentro de un permanente temor de aparezca el agua del cielo.
Cuando el inicio ya es inminente, llegan los últimos retoques en la puesta a punto, como es el que el vestuario de los penitentes esté perfecto, como merece esta procesión. El tercio de la Virgen luce los colores azul y blanco, mientras que el que abre paso al Cristo es morado y negro, con excepción de unos hermanos que salvaguardan el original beige y marrón.
Cambia el día y la oscuridad se apodera de Portmán. Los tercios se ponen en marcha desde la calle Silvela, pasan por delante de la iglesia de Santiago y a ellos se incorporan ambos tronos, uno con el Cristo del Silencio y otro con la Dolorosa, junto a la que marchan el párroco, Andrés Vera, junto a la pregonera y primera teniente de alcalde del Ayuntamiento, Elena Lozano; el pedáneo, Ventura Martínez; y el jefe de protocolo municipal, Juan Carlos López.
La Pasión portmanera recorre las calles. Oscuridad y silencio que sólo rompe el sonido del golpe de tambor. Es otra noche mágica que alcanza su epílogo sin percances climáticos como mejor colofón al aniversario de plata de la Semana Santa costera.