La unionense ha trasladado de Murcia a su tierra una exposición de veinte trabajos en óleo y acrílico para mostrar la multitud de colores y la luz que ofrecen los restos de la minería, junto a diversas escenas de baile flamenco.

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El Almacén Lounge Café inauguró el pasado 3 de agosto la exposición 'La Unión, origen y presente', que podrá contemplarse hasta el mes de septiembre, y que en los últimos meses ha estado instalada en el 'Palacio de las balsas' de Murcia. La autora es Antonia Castejón Martínez, quien ha elegido para esta muestra veinte obras que ha ido creado en los últimos dieciocho años y que se quedan estructuradas en tres secciones. Una corresponde a óleos centrados sobre la sierra y los restos de las explotaciones mineras. Otro son trabajos en acrílico en blanco y negro que recogen escenas antiguas. El tercer capítulo se centra en el baile flamenco femenino.

Antonia Castejón inició su afición pictórica tras concluir la carrera de decoradora de interiores y decidió plasmar esas escenas que la cautivaban de la sierra minera, de la que se confiesa enamorada. "Siempre me ha gustado pasar por ella, ver los colores que ofrece, hablar con los mineros... y un día comencé a pintar", indica, señalando el cuadro que recoge la máquina de extracción de la Mina Iberia como su primer 'hijo' en esta faceta. "La sierra minera ofrece multitud de colores, es impresionante. Es cierto que para percibir esas sensaciones te tiene que gustar, pero si es así, disfrutas mucho".

Algunas de las escenas que recoge "ya no existen", lamenta, indicando que los 'amigos de lo ajeno' se han llevado innumerables piezas metálicas y expresando que es "una pena que todos no cuidemos más nuestra sierra minera". Su zona preferida es "el Cabezo Rajao", lugar por el que más ha paseado, ha elegido para pensar y es motivo de sus pinturas. Siempre que habla de la sierra minera hace alusión a su luz y sus colores, hacia los que transmite una enorme atracción. Con esa perspectiva es fácil entender cómo consigue hacer atractiva una sierra plagada de restos abandonados de lo que fue. Es la belleza que extrae de la ruina.   

Las imágenes que ha creado en acrílico en blanco y negro se confunden en ocasiones con fotografías de época por su calidad. "Decidí reflejar estas escenas con el objetivo de que no se pierdan de la memoria", expresa. Por su parte, hará unos tres años comenzó a trabajar el baile flamenco, "del que me atraen las composiciones, los giros, los encuadres, etc.".

Quien quiera conocer su obra también puede visitar la Bodega Lloret, donde lucen de forma permanente los rostros dibujados de todos los vencedores del Festival del Cante de las Minas.