Miguel Poveda, Hijo Adoptivo de La Unión, se sacó la "espinita" que tenía clavada con una apoteósica actuación en la que 'conversó' con su 'gran familia'.

Miguel Poveda apareció en el escenario de la Catedral del Cante. Eran las 23.13 horas de la noche y un gran aplauso rompió la noche. A las 1.23 horas de la madrugada dejó de sonar la último palma tras un largo epílogo que parecía no tener fin, como cuando dos seres queridos se resisten a despedirse pese a que saben que no pueden permanecer eternamente juntos. Realmente, la sensación que el concierto de anoche ofreció fue similar al reencuentro de un hijo (como lo es el 'adoptivo' Miguel) con su familia (como lo es La Unión y su público), en el que primero cuenta sus venturas y desventuras tras un tiempo ausente y los segundos observan felices por volver a estar tan próximos a él. "Estuvo para comérselo", que diría una madre que hubiese dado a luz una 'Lámpara Minera' hace 21 años.

Otro aspecto de la cita de anoche era quirúrgico'. Un año atrás una espina clavó en la piel de Miguel Poveda en su casa, en La Unión. Se entregó sobre el escenario, como hace siempre, pero motivos de salud le impidieron ofrecer lo mejor. Entonces, con un "os debo una, volveré", se comprometió a volver para enmendar lo sucedido y ha demostrado ser una persona de palabra (algo no muy usual en estos tiempos) y que cuando 'amenaza' hay que tener cuidado con él. Estaba tan ilusionado que comenzó bromeando sobre la bronquitis (fingió una afonía) para después dejar claro que esa noche lo iba a dar todo "en mi tierra, La Unión".

Por supuesto, Miguel venía con su pandilla de buenos amigos, en la que estaban a la guitarra por Chicuelo, Carlos Grilo, Miguel Ángel Soto 'Londro' a las palmas, y Paquito González a la percusión. Con ellos, ofreció cantes de levante con minera y levantica, entre otros, cantiñas, bulerías de Cádiz, malagueñas y abandolaos, tientos y tangos, martinete, soleá y fandangos. Tuvo momentos para la emoción, otros que convirtió el Catedral en una fiesta y no faltó la capacidad de cautivarla con un cante en el silencio. Dedicó una soleá a su padre, nacido en el pueblo lorquino de La Paca, que "el 14 de agosto de 1993 no cabía de gozo cuando llegué a recoger en este pasillo hasta cuatro premios", expresó el "hijo adoptivo de La Unión". También tuvo palabras para su madre que "en La Unión se siente como en casa y esta noche me acompaña de nuevo". 

Tras el repertorio, expresó, "espero haber estado a la altura", mientras destacó "el respeto y la respuesta de los asistentes en la selección de cantes que había seleccionado para la ocasión", ya que, confesó, "me ha sorprendido que no hayan pedido nada fuera del guión".

"Viva Paco de Lucía, viva el Cante de las Minas y vivan ustedes", concluía Miguel Poveda mientras cantaba los versos de Rafael de León y 'Tres Puñales' de Marifée de Triana, quien ya lo decía: "Miguel, tu eres de otro planeta, y has venido a la Tierra a traernos felicidad".

Entre las numerosas autoridades y personalidades públicas que asistieron al recital de Poveda se encontraban el embajador de China en España, Zhu Bangzao, y el subsecretario del Ministerio de Fomento, Mario Garcés, que minutos antes de la Gala visitó, junto al delegado del Gobierno de la Región de Murcia, Joaquín Bascuñana, y al alcalde de La Unión, la sede de Correos, donde se expone el sello dedicado al Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión y la muestra fotográfica de Antonio Meroño 'Jayam'.